El estigma y discriminación por identidad de género y orientación sexual, es un tema cotidiano en la institucionalidad pública y la sociedad guatemalteca, un ejemplo de esto se observa en el contexto educativo, en donde los maestros y maestras legitiman el estigma sobre la población LGBTIQ+, definiendo que comportamientos son considerados “adecuados”, “inadecuados”, “normales” para una determinada sociedad y buscan perpetuar este tipo de formas de ver el mundo en sus estudiantes, lo cual afecta el desarrollo y la participación plena de las personas de la diversidad sexual en la sociedad. (Entre la sobrevivencia Y la visibilidad: Vivencias de la población LGBTIQ+ en centros educativos, Equipo investigador de FLACSO, 2022, Página 65).

El estigma y discriminación impacta también el derecho a trabajo de las mujeres y personas disidentes sexuales, ya que la falta de educación sobre temas género y orientación sexual son un factor preponderante que limita la construcción de competencias laborales que permiten la obtención de un empleo. (violencia contra las personas LGBTIQ+, visibles, página 33)

Según Walda Barrios, las personas de la diversidad sexual tienen limitantes en cuanto a sus derechos, como la educación, el trabajo, la integridad física, incluyendo el derecho a la vida, ya que son víctimas de muy distintas formas de violencia, desde formas sutiles como la invisibilización y falta de atención hasta agresiones sexuales y la muerte. (VIOLENCIA EN CONTRA DE LA POBLACIÓN LGBTI: EL CASO DE GUATEMALA; Walda Barrios Klee, Página 14).

“Cuando el Estado no realiza las acciones necesarias para garantizar los derechos humanos básicos de la población LGTBIQ+, se genera una serie de manifestaciones de exclusión social, que afectan el desarrollo”. (violencia contra las personas LGBTIQ+, visibles, página 34)