Según el “Informe de supervisión para dar seguimiento a la Implementación de la estrategia de salud para las personas trans en Guatemala 2016-2030”, del Procurador de los Derechos Humanos de Guatemala, “Las personas LGBTIQ+ enfrentan problemáticas variadas a consecuencia de su orientación sexual o identidad de género, sobre todo en una sociedad machista y patriarcal, con tradiciones conservadoras o influenciadas por corrientes religiosas o culturales fundamentalistas”.

Este pensamiento de tradiciones conservadoras y religiosas provoca que el tema sobre salud integral en sexualidad (EIS) sea visto como un tema tabú y además, forma las condiciones ideales para que ideas erróneas sobre sexualidad puedan surgir y popularizarse

En este sentido, el documento Violencia en contra de personas LGBTIQ de Visibles indica que la educación integral en sexualidad que se imparte en los centros educativos se ve limitada por narrativas sociales y religiosas que apuntan a procesos de rechazo contra personas de la diversidad sexual, esto termina teniendo un impacto negativo en la vida adulta de las personas.

Esta realidad sobre el acceso a EIS es un problema que no afecta únicamente a personas disidentes sexuales, de hecho, el sesgo que provoca el pensamiento religioso y conservador afecta en gran medida a mujeres, ya que limita el panorama para niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres adultas sobre métodos anticonceptivos, además de la decisión de una mujer de ejercer la maternidad.

Karla Cheng indica que desde lo social el tema de EIS está enfocado en una ideología de manipulación, debido a que, al hablar sobre hijos, siempre se tiene la idea errónea que los hijos “Te tienen que cuidar de viejos” y si no tienes hijos “terminaras sola o solo”. Esta manipulación inserta erróneas ideas de dependencia a una persona y aceleración por querer descubrir la sexualidad sin estar informados o capacitados sobre el tema, (apreciaciones sobre la educación integral en sexualidad en Guatemala, Fundación Oxlajuj Nój, Página 65).